martes, 27 de noviembre de 2012

El lenguaje de la muerte

La muerte es un tema que, queramos o no, está muy presente en nuestras vidas y tenemos que saber tratarlo. Y el saber tratar un tema está muy relacionado con el lenguaje y, por tanto, con los medios de comunicación, que son uno de los principales moldeadores de nuestras conciencias.
Los medios no tratan de la misma manera una muerte individual que una colectiva:

·         En cuanto a la individual, es de destacar el tema de los SUICIDIOS: ya no se retransmiten porque se consideraba que el aparecer en la pantalla incitaba a la imitación. Otro aspecto significativo es la consideración de la muerte como algo simbólico: a determinadas personas se les diviniza tras su muerte (por ejemplo el Papa Juan Pablo II o Teresa de Calcuta), se utilizan como distintivo de un colectivo (la máscara del grupo actual Anonymous tras la muerte de Guy Fawkes) o como ejemplo (John Lennon es símbolo del movimiento hippie).


·         La muerte colectiva, sin embargo, interesa más a los medios puesto que moviliza a las masas. Y aquí es donde surge el punto de fricción: ¿realmente se pretende transmitir objetivamente un hecho con una finalidad meramente informativa, o simplemente llamar la atención sobre el receptor para ganar así más audiencia? Hemos observado que hay una gran diferencia entre los diferentes periódicos en relación con la noticia del Madrid Arena.

Pero no solo son los medios de comunicación los encargados de transmitir esta información. También nosotros, en un futuro como docentes, tendremos el papel de tratar este tema en alguna ocasión. Y puesto que lo trataremos con niños, hay que saber cómo hacerlo, aparte de con mucho tacto:
En primer lugar, tenemos que tener claros que esa furia que puedan manifestar en un primer momento, esconde una gran tristeza. Y que no es malo demostrar que estar triste, sino todo lo contrario: llorar es bueno, ayuda a desahogarse y estás pidiendo que alguien te ayude. Sin embargo, con la furia, solo vas a conseguir más negatividad, no es la forma correcta de canalizar el sentimiento de tristeza ante una muerte.
Por otra parte, para que la muerte no sea un tema tabú con los niños ni le tengan miedo, hay que hacerles ver que queramos o no, llegará el día en que eso pase. Pero, hasta entonces, hemos de disfrutar la vida porque es un bonito regalo que nos ha sido concedido para disfrutarlo y vivirlo con alegría y energía. Esto podemos hacerlo mediante CANCIONES (Hakuna Matata: vive y sé feliz), CUENTOS (sobre la muerte…), etc. 


En resumen: a pesar de esta mentalidad del “carpe diem”, la muerte es algo impactante, por lo que ha de tratarse con un lenguaje cuidado y coherente. La influencia que los medios de comunicación ejercen sobre nosotros han de tenerla en cuenta ellos mismos y, por tanto, ser cuidadosos a la hora de transmitir esta información. También los docentes, sobre todo con los más pequeños (aunque ya hemos oído en clase que algunos actúan de forma más madura que los adultos).

PREGUNTAS:
1.       ¿Qué os parece el sensacionalismo periodístico? ¿Priorizan el ganar dinero y la audiencia frente a la información objetiva a la que se deberías limitar?

2.    ¿Creéis que esta idea de VIVIR LA VIDA puede evolucionar en que los jóvenes no le tengan el más mínimo miedo a la muerte? Como se ha dicho en clase, van sin casco en una moto, por ejemplo, porque quizás pensamos que “a nosotros no nos va a pasar nada”…

3.       Tema de los suicidios: ¿por qué no pueden tener un final digno como cualquier otra persona que haya fallecido?

2 comentarios:

  1. Opino que lo de vivir la vida está muy bien, pero para mí, vivir la vida no sigifica arriesgarla.
    Puedes pasarlo bien sin quitarte el casco, o sin beber hasta llegar al coma etílico, o sin saltar del pico más alto de la montaña.

    Creo que es muy diferente no tener miedo a la muerte a no apreciar y cuidar tu vida. De hecho, mi madre, hace unos años, estuvo a punto de morir, y me cuenta que estaba tranquila y que "era como estar por las nubes". Desde ese momento, dice que si la muerte se siente así, ya no tiene miedo a morir. No obstante, mi madre nunca sería capaz de poner su vida en peligro.

    Por lo tanto, creo que las personas que se exponen a un riesgo, no es que no tengan miedo a la muerte, es que no cuidan su vida.

    Muchas veces he oído a gente decir: "eso a mí no me va a pasar". Pero no piensan que al que le pasó tampoco pensó que le podía pasar.

    Hay que aprender a querer lo que somos y tenemos, y hemos de disfrutar la vida, pero sin llegar al extremo.

    ResponderEliminar
  2. En un anuncio de Campofrío decían algo así como: " Hay dos maneras de tomarse la vida. Puedes vivirla lamentándote de todo lo que te falta, quejándote por el sentido que la vida no te dio, o aprovechando al máximo lo que tienes. Yo estoy absolutamente de acuerdo.
    A mí la vida me ha enseñado a vivir día a día. A no planear el mañana y a que cada día es único y hay que valorarlo. Soy de las que promueven el " Carpe Diem", sí. De repente, alguien se va de tu lado y solo piensas en todo aquello que no le diste o aquello que no le dijiste.

    Para cualquier persona es muy difícil perder a alguien, profesor o alumno. Creo que nos da miedo hablar de la muerte, o más bien, no tenemos miedo de la muerte, sino de aquello que la muerte nos puede quitar, el miedo a quedarnos solos o sin alguien a quien queremos mucho. Y quizás así, lo único que hacemos es no disfrutar y perder el tiempo.
    A mí siempre me han dicho que nosotros tenemos que vivir por todos aquellos que ya no pueden hacerlo. Así que, me lo voy a tomar al pie de la letra, nos queda MUCHO por vivir.
    ANA AÑÓN BONASTRE

    ResponderEliminar