Lenguaje verbal
Al conocer la noticia sobre un embarazo, tradicionalmente se
ha dicho “enhorabuena”, porque se
supone que un bebé supone alegría. Sin embargo, en la actualidad, y debido a la
situación económica y otros factores, hay veces que podríamos decir un
“enhoramala”, pues la llegada de dicho bebé no nos es muy propicia en ese
momento. Otra fórmula asociada al embarazo es la dicha por los padres “Solo quiero que venga con salud”, pues
es lo más importante para un hijo. Por otra parte, conocemos muchas supersticiones ligadas a este momento:
si la barriga está puntiaguda se dice que será niño, saldrá con salud si se dan
9 vueltas a la catedral de Valencia, si la madre está más “feucha” se preverá una niña… Y por último, en cuanto
al lenguaje verbal, también encontramos las “conversaciones” con el feto: le hablamos directamente, para que se
acostumbre a nuestra voz.
Lenguaje no verbal
Auditivo: al bebé
le tranquiliza la voz grave del hombre y siente atracción hacia la gravedad de
la voz materna; también se dice que los bebés en el útero viven al compás del
corazón de su madre; se les suele poner música clásica para que tengan una
evolución tranquila…
Gustativo: el
feto se nutre de lo que come la madre, por eso se aconseja evitar ayunos, una
dieta equilibrada, no fumar ni ingerir alcohol y tomar alimentos ricos en
hierro. Además, al lenguaje gustativo están ligados los antojos (de los que se
dice que, si no son cumplidos, el bebé nacerá con una mancha en alguna parte de
su cuerpo).
Olfativo: el feto
huele lo mismo que huele la madre, esto se debe a que los olores le llegan a
través del líquido amniótico.
Visual: el feto
abre los ojos alrededor del séptimo mes. Además, el útero no es totalmente
oscuro, por lo que el bebé ya ha visto algo de luz antes de nacer.
Táctil: el bebé
toca, se va adaptando al útero. En este sentido encontramos las famosas
“pataditas”. También los padres y conocidos tienden a tocar la tripa, con
intención de sentirse más próximos al bebé y que estos sientan el cariño. Por
otra parte, tenemos las posturas de las embarazadas: tocan su tripa en señal de
protección materna, no cruzan las piernas al sentarse y suelen dormir de lado.
Otros aspectos
-Los mellizos o
gemelos tienen un vínculo que los une, desde antes de nacer, a lo largo de
sus vidas. Muchos, con el lenguaje no verbal (una mirada, un gesto), son
capaces de comunicarse o sentir el dolor del otro.
-Nombres: el
asunto de los nombres es un tema muy discutido en el momento en el que se
conoce la noticia.
- Clases de preparto:
mediante una serie de pautas, la madre aprende a controlar su cuerpo para que
el paso final del proceso salga correctamente.
- Habitaciones: también en este ámbito es el lenguaje no verbal el
que nos permite, por ejemplo, adivinar el sexo del bebé viendo una simple
habitación: se elegirá para la pared el color rosa si va a ser chica y el azul
si se espera un chico.
De esta forma surgen varias
preguntas:
¿CREÉIS QUE EN LA ACTUALIDAD SE LE DA DEMASIADA IMPORTANCIA A LO QUE
COME UNA EMBARAZADA? Es decir, nuestros antepasados vivieron sanos y fuertes
sin que durante el embarazo se les “prohibiera” comer carne roja o embutidos…
¿HASTA QUÉ PUNTO OS CREÉIS QUE LAS MANCHAS DE NACIMIENTO VIENEN
PROVOCADAS POR ANTOJOS NO CUMPLIDOS? Quizás
es solo una divertida explicación que se ha ido dando de generación en
generación porque no se ha encontrado otra…
Respecto a la última pregunta formulada, si me parece correcto que se asocien determinados colores al sexo del bebé, mi respuesta, claramente, es que no.
ResponderEliminarCuando un bebé nace no puede decirle a sus padres que un color o otro les gusta o no, y los padres han de elegir los colores por él o ella. Hasta ahí me parece bien. Pero no entiendo por qué esos colores siempre han de ser azul para los chicos y rosa para las chicas. ¿Y si a una chica le gusta el azul y a un chico el rosa? Personalmente yo escogería un color neutro, un verde, amarillo, naranja...hasta que el niño o niña determine sus gustos y puede elegir por sí solo.
Cuando yo era pequeña, gracias a dios, mi madre nunca me pintó la habitación rosa ni me puso vestidos o camisetas de ese color. Y menos mal, porque creo que desde que aprendí a hablar me negué a ponerme nada de color rosa. Lo odiaba. Ahora no es un color que me encante, pero puedo llevarlo puesto. Curiosamente,mi habitación, de pequeña, era de color verde, y ese se convirtió en mi color preferido.
Puede que, después de todo, si influyera el color de mis paredes.
Ana Añón Bonastre
Lo de la pared se soluciona rápidamente: se pinta de un color blanco o beis, que además da más luz para que el niño o niña estudie y lea como toca en un futuro (y también para que espante a los monstruos de debajo de su cama [broma]).
ResponderEliminarSinceramente no entiendo lo de distinguir entre colores "de chico" y colores "de chica". A cada cual le gusta el que le gusta, y nadie tiene porque imponer un color u otro. Es totalmente sexista.
Ana Sánchez
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con los comentarios anteriores sobre los colores, y ya no solo en las habitaciones, cuando el bebé nace, muchos padres lo visten de rosa si es nena y de azul si es nene, tampoco estoy de acuerdo. De hecho, a mi hermana le inculcamos que no había que hacer distinciones de género en los colores pero aún así (creo que por influencia de otros niños en el colegio) hacía comentarios del tipo: "tú este juguete que es de chica, este juguete no que es de chico". Debemos suprimir este tipo de ideas a los niños desde pequeñitos.
ResponderEliminarAinoa Martínez